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PZPTH (ESP) : MAS QUE HEROES Y VILLANOS . CAP 02

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rukawa93's avatar
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CAPÍTULO 02: CHICKEN OR FISH

Había sido un día aburrido en el instituto, así que no fue de extrañar que los tres héroes adolescentes hubieran corrido hacia el The Odyssey en busca de su nueva y emocionante misión. Como era de esperar Penn Zero se puso en cabeza, pero se tuvo que parar en seco delante de la entrada al ver a una motorista parada en medio del camino. Eso provocó que los tres jóvenes chocaron contra ella y que Boone cayera al suelo.

- Lo siento señora! - se disculpó el pelirrojo algo nervioso.

- A quién llamas señora? - se molesto la motorista, que se quitó el caso para mostrar que en realidad era Stella.

Los cuatro no pudieron evitar reírse de la situación.

- Vaya, lo siento Stella - se volvió a disculpó Penn mientras intentaba parar de reír.

- Seras ... no te rías de tu hermana mayor - pido agarrándole por el cuello y frotando sus nudillos en su cabeza.

- No para! - se que quejo el menor intentando zafarse del agarre.

- Vamos Stella será mejor que lo dejes, no lo vayas a dejar calvo - intervino Boone, consiguiendo que Stella finalmente soltara a su hermano.

Stella, Boone y Sashi estallaron en un mar de carcajadas ante la imagen mental de su amigo sin pelo.

- Jaja muy gracioso Boone - se rió Penn sin humor.

- Venga hermanito no te enfurruñes y vamos a salvar el multiverso - ánimo Stella levantando su puño.

- Está bien - sonrió el pelirrojo mientras habría la puerta del cine - Cuál es el mejor equipo?! - preguntó con entusiasmo.

- Nuestro equipo! - respondió Sashi.

- Cual es el mejor equipo?! - continuo Penn.

- Pues nuestro equipo! - exclamó Boone dando un fuerte abrazo a su amigo.

- No creo que haga falta ni preguntarlo - añadió Stella riéndose ante la incomodidad de su hermano en el abrazo de su amigo.

- Me da mucho gusto ver que se llevan bien y además se divierten - dijo Phyllis desde el piso de arriba.

- Si, no quiero decir que somos el equipo de los sueños pero no está mal - respondió Penn mientras el equipo se subía a la plataforma de transportación.

- No te hablaba a ti, estaba hablando con ellos - explicó la mecánica mientras señalaba un  terrario con un escorpion y una rana de dientes afilados apunto de entrar en combate.

Al final las pobres criaturas no llegaron ni a tocarse porque una gigantesca araña trampera salió de su escondrijo y se los llevo dentro de su agujero.

- Ok, hoy los enviare a un mundo donde algo huele muy mal - anuncio Phyllis mientras encendía el portal.

Cuando los jóvenes se giraron pudieron visualizar un mundo marino, lleno de gente pez, con una isla bajo el mar y otra en la superficie, y en medio de las dos islas se podía vislumbrar una potente luz brillante. La cara de Boone se convirtió en un poema, parecía que el pobre estaba apunto de sufrir un ataque de pánico.

- Ja - sonrió Penn entre dientes - Déjame adivinar un mundo marino, cierto - señaló recalcando lo obvio - Me pregunto qué veremos - añadió sarcásticamente mientra el rayo se disponía transportarlos al otro mundo - Jajaja el océano no!

- Boone estas bien? - pregunto Stella que comenzó a preocuparse por el estado catatónico de su compañero.

- Boone? - volvió a preguntar Penn mientras agitaba su mano frente a su rostro.

Boone no reacciono algo que dejó tanto a Stella y como a Penn preocupados.

Phyllis estiró la palanca y con el rayo los cuatro fueron enviados al mundo marino.

 


 

Mientras tanto en el mundo marino dos tritones preocupados se encontraban hablando cerca del trono.

- Dónde está el príncipe? La supervivencia de Océonaquariopolis depende de él! - exclamó el más grande de los dos.

- No te preocupes el príncipe nunca podría abandonarnos - le calmo el otro.

Entretanto el príncipe de Océonaquariopolis se encontraba en su habitación silbando despreocupadamente mientras hacía su maleta para huir.

Por suerte para todos justo el príncipe salió por la ventana, Penn Zero tomó su lugar. El muchacho examinó su nuevo cuerpo y cuando vio su cola de pez no pudo más que echarse a reír de la emoción.

- Jojo! Si! - grito feliz mientras nadaba hacia Sashi que se encontraba cerca del trono - Oye ya has visto mis aletas! Mi saludo ahora si sera fabuloso! - exclamó chocando la mano con su amiga que ahora parecía ser medio caballito de mar guerrero.

Cuando las dos manos se tocaron se produjo una poderosa onda de choque que se llevó a varios peces en metros a la redonda.

- Qué fue eso?- pregunto Stella que acababa de salir de una de las casa cercanas.

- Fue el saludo más fantástico de todos! - respondió Penn - Ahora nosotros!

Los dos hermanos chocaron sus puños para no crear una onda tan fuerte. Sin embargo Penn enseguida se arrepintió porque en el momento en que sus puños chocaron una carga eléctrica le sacudió el cuerpo.

- Qué diablos fue eso? - cuestiono medio atontado.

- Lo siento Penn creo que soy medio anguila eléctrica - se disculpó mirando su cola que en ese momento echaba chispas - Creo que tendré que mantener mis emociones bajo control.

- Será lo mejor - afirmó recomponiéndose de la sacudida.

- Buscamos a Boone? - consultó Sashi intentando ser profesional y no reírse del pobre pelirrojo.

- Tal vez sea parte de la misión, veamos los detalles - respondió nadando a su alrededor poniendo sus manos en la cara como si fueran un par de anteojos.

- Ok. El príncipe no puede liberar al tridente de guerra - explicó mostrando la misión con sus gafas.

- Seguramente lo que dices es importante - dijo Penn mientras daba vueltas por el agua con Stella.

- Tenemos que libera el tridente y usarlo para proteger Océaonacuariopolis - sigo Sashi que se estaba comenzando a enfadar por la poco atención que que estaba recibiendo.

- Océano lo que sea popolis claro - repitió Penn torpemente.

- Menudo nombre - añadió Stella mientras hacía piruetas con el casi héroe.

- No Océaonacuariopolis! - volvió a repetir Sashi.

- Eso dije - se defendió Penn mientra hinchaba su cabeza como si fuera un balón de playa.

- Y de la vil y malvada gente pulpo - intentó continuar la ayudante - Están prestando atención? - cuestionó molesta.

- Si Sah liberar el tridente, proteger Océacualopoplus, luchar contra la gente pulpo - afirmó el pelirrojo sin parar de moverse por todo el mar - Viste mi cola de pez - añadió envolviendo el cuerpo de Sashi con su cola.

De repente una sirena ensordecedora inundó el océano dejándolos descolocados. La gente pez de Océaonacuariopolis entro en pánico y empezó a girar en círculos formando varias columnas.

- Estoy nadando en círculos porque es lo que hacen todos! - se oyó a uno de los tritones gritar por encima de los demás.

Entretanto de las profundidades de las cuevas submarinas la gente pulpo salió de su escondite guiados por Rippen, que riendo de manera amenazadora se lanzó con su ejército contra el de Océaonacuariopolis. Los tritones se armaron y prepararon para la batalla sobre la muralla de la ciudad.

- Señor, creí que había huido! - dijo el tritón pequeño que se acercó a Penn.

- Pues estabas equivocada sirenita - respondió Penn haciendo el gesto de un gato.

-  Pero soy un hombre - protestó el hombre pez menor.

Penn se quedó mirándolos a los algo confundido sin saber cómo podía diferenciar el género de la gente pez.

- Esta bien! Esta bien estaba hablando con ella! - se excuso el príncipe.

- Yo tambien soy hombre - replicó el tritón mayor.

- Torpe - tosió Stella sin saber muy bien tampoco como debería diferenciarlos.

- Umm ... - se quedó pensativo Penn intentando resolver el misterio del género de la gente pez.

- Solo traigan el tridente! - ordenó Sashi con tono amenazador .

- No podemos - se excuso el tritón menor.

- Lo siento creí que ustedes eran mujeres - se intentó disculpar Penn - Es por los labios y los ojos maquillados.

Repentinamente un sonido parecido a una vibración llegó a los oídos de Stella.

- Pero tenemos que ocuparnos del asunto - continuó el casi héroe.

- Penn - intentó interrumpir su hermana.

- No podemos traer el tridente porque se encuentra bajo un hechizo, sólo el sabio es quien puede ser capaz de abrirlo - explicó el tritón mayor acompañado del asentir del menor.

- Penn! -  volvió repetir más fuerte intentando llamar la atención del ruido que provenía de él.

- Ok! Qué demonios es ese ruido?! - exclamó el príncipe Penn.

Los dos tritones y Stella señalaron simultáneamente la cintura del muchacho, donde había un teléfono con el aspecto de una concha. Penn abrió el teléfono que tenía extraños símbolos en el teclado, la pelirroja que tenía curiosidad se puso detrás para ver quien llamaba.

- Relajado estoy y ya nada nada mas me importa - apareció Boone cantando por el celular.

Penn y Stella intercambiar sus miradas de “así es Boone mejor dejémoslo estar”

- Boone?! Tu me llamaste? - preguntó él casi héroe sorprendido de encontrar a su amigo que ahora era medio cangrejo.

- Hola chicos! Ah me senté sobre el celular ¿esperen donde mi trasero? - pregunto buscándolo en su cuerpo.

- Ah sí me gustaría ayudarte a encontrarlo, pero justo a hora me estoy preparando para ¡Enfrentarme a millones de pulpo! - dijo esto último con un tono de histeria mezclado con desesperación.

- Genial, Boone fuera - se despidió el cangrejo poniendo su pinza frente la pantalla.

- Oh no Boone no te vaya mejor quédate donde estas!

- Negativo mi amigo, estoy haciendo algunas cosas muy importantes en este momento.

- Oh si que cosas?

- A mi me suena como si estuviera haciendo un castillo de arena - añadió Stella con los ojos entrecerrados de cansancio, mientras oía de fondo el moviendo de la arena y las olas.

Penn apretó los dientes con furia.

- Eso son cosas de hombre sabio - se defendió Boone sin perder la tranquilidad - Escucha Penn, puedes hacerlo.

- Boone! Necesitamos el tridente! - explicó Penn ya desesperado.

- Oh oh! Oh no Penn! Se va la señal - dijo Boone mientras hacía ruidos falsos mal disimulados con la boca.

- Puedo ver que estás haciendo ruido con tu boca - arguyó el príncipe Penn.

- No! No puedes! - respondió antes de tirar el celular al mar.

- Boone! - aulló Penn - No me puedo creer que me haya cortado! - se quejo mientras golpeaba los botones del aparato sin parar.

De repente otro celular concha golpeó la cara la cara del príncipe. Enseguida cogió el teléfono y vio que provenía de la isla de la superficie.

- Creo que ya se donde esta Boone - dijo el casi héroe - Sash tu puedes controlar las cosa por un segundo?

- Volver el océano rojo con la sangre de nuestros enemigos! - grito sobreactuando.

- Un sí era suficiente

- Oh entonces si - hablo con repentina timidez.

- Penn ten cuidado - pido Stella algo preocupado por lo que pudiera haber en la superficie.

- No te preocupes Stella, tu encárgate de freír a los soldados pulpo! - grito Penn mientras subía a gran velocidad.

No obstante durante su emersión chocó con una medusa y su cabeza acabó metida dentro del animal.

- Ah! Qué es esto? - se preguntó sacándose a la criatura de la cabeza - Ewww - se quejo con disgusto mientra tiraba a la medusa lejos de él.

Entretanto en Océaonacuariopolis Sashi y Stella se pusieron en marcha.

- Eh quien quiere probar un calamar! - grito Sashi como grito de guerra.

La gente pez por fin dejó de girar gracias a la llamada de atención de la ayudante violenta.

- Oye mi cuñado es un calamar, linda - se quejó uno de los tritones.

- Creo que solo era una expresión - se disculpó la Stella por Sashi con una sonrisa nerviosa.

- No es una expresión que yo conozca - gruño el hombre pez sintiéndose aún bastante ofendido.

En ese momento tanto Stella como Sashi se dieron cuenta que luchar junto a los soldados de Océaonacuariopolis no iba a ser tarea fácil.

Mientra tanto en la superficie Boone se encontraba haciendo un bote de coco para que flotara alrededor del foso de su castillo de arena.

- Coco sí, coco no, yo viajo en un bote de coco - canturreo soltando el coco por el foso.

- Eso es tan importante?! - se quejó Penn que acaba de llegar a la superficie de la playa.

- No, también está eso - dijo señalando una escultura de arena de su yo suyo musculado y conduciendo un auto descapotable.

- Escucha Boone vas a venir conmigo y liberar esa cosa mágica, así que ya vamonos no me hagas ir a buscar a Stella,- amenazó antes de sumergirse de nuevo.

- Si yo me voy, quién se comerá todas esa bananas.

- Nuestra misión no es comer bananas! - se enfado Penn agitando el agua.

- Debería serlo, porque soy bueno comiendo bananas y nunca lo aprecian.

Para la suerte del casi sabio Penn no pudo rebatirlo, porque fue interrumpido por el celular marino.

- Tenías razón Stella, Boone está haciendo castillos de arena, además de comer bananas - le explicó a su hermana - Por cierto como va todo?

Stella miró a su alrededor para ver a Sashi y un tritón se enfrentar a varios pulpos - Cuidado! - exclamó el hombre pez antes de de que la guerrera golpeara a otro hombre pulpo.

- No quiero decir que es el peor ejercito que haya visto ... - dijo al celular mientras daba un latigazo eléctrico con su cola a una hombre pulpo.

- Pero lo es! - afirmó Sashi con desprecio.

- Somos caballeros y peces guerreros jamás debes cuestionar nuestro valor! - se defendió uno de los tritones. Pero el valor del tritón y sus compañeros desapareció cuando el gran ejército pulpo se acercó a ellos - Corran como cobardes! - grito saliendo despavorido junto a los demás.

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El ejército enemigo estaba ganando. Y Rippen se encontraba observando y regocijándose de su triunfo junto a Larry que ahora era un calamar gigante.

- Jaja, un ejército sin su líder es como pescar - de repente se paró dándose cuenta que no sabía cómo continuar - Cómo era el refrán, era algo de una pecera, no lo se.

- Si tuviera tantos brazos en casa sabes lo que haría? - comenzó Larry con su típico parloteo.

- No - respondió el villano cansado de sus constantes divagaciones.

- Me dedicaría a decorar árboles para las fiestas, porque qué es lo que más demoras, en decorar los árboles en las fiestas! - exclamó alzando los tentáculos - Una vez compre un árbol en julio para estar seguro de tenerlo listo a tiempo - explicó golpeando el costado de Rippen -  Y me dijeron Larry estás loco nadie compra un árbol de estos en julio y yo dije si nadie los  compra porque los venden y ellos dijeron no lo hacemos deja esa sierra y vete de nuestro jardín antes de que llamemos a la policía - divago - Me encantan las fiestas - suspiró finalmente.

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Por otro lado en la superficie Penn seguía intentando convencer a Boone de bajar a Océaonacuariopolis.

- Boone es en serio! Tenemos trabajo! Ven aquí! - suplico mientras arrastraba a Boone por la arena rumbo al mar.

En el momento que una de las patas Boone tocó el agua, el salio corriendo gritando aterrorizado.

- Aaaaa! Oooo! Déjame! - suplico gritando de forma miserable sin dejar de correr.

- Un momento - se dijo Penn observando su cola en el agua - Acaso le tienes miedo al agua ? - le preguntó parando seco al sabio cangrejo.

- Je no - respondió riendo.

Penn lo miró con una mirada interrogante sin acabar de creerlo y Boone le contesto sonriendo nerviosamente. Finalmente al príncipe se le ocurre una idea perversa, levantó su cola dejando la mayor cantidad de agua en ella para luego ponerla delante de la cara del pobre cangrejo. Inmediatamente Boone se puso a gritar echándose para atrás.

- Ok si! - admitió asustado.

- Y porque no me lo dijiste, somos amigos ?! - dijo Penn poniendo su mano en su hombro como símbolo de confianza.

- Es que sentí vergüenza ok, ni siquiera puedo darme una ducha.

- Entonces dime como te aseas - interrogó escéptico.

- Pues ... pues uso toallitas de bebé - reconoció humillado.

- Jajaja - estalló su amigo en un mar de carcajadas - Ya verás cuando se lo cuente a Stella - comentó entre risas.

- No debí decirte eso - se lamentó.

Nuevamente el teléfono acuático irrumpió en el momento adecuado.

- Si vamos en camino - le dijo al celular.

- No no iré! - reitero el cangrejo.

- Boone voy ayudarte a vencer todos tus miedos, podemos hacerlo cierto.

- Como vamos hacerlo?

- Trabajado la paciencia - explicó el príncipe pez juntando los dedos.

El primer intento de Penn fue con los géiseres, pero en vez de mojar a Boone solo consiguió que uno de ellos lo lanzara por los aires. El segundo solo consistía en meter los pies en la orilla, pero desgraciadamente un enorme monstruo tiburón martillo se tragó a Penn, por suerte supo escaparse. Después de sacarse los dientes de la bestia lo intentó con un vaporizador sin embargo éste estaba atascado, además de como si no hubiera tenido ya bastante otro geiser lo golpeó de nuevo. El cuarto intento fue con globos de agua pero lamentablemente uno de ellos rebotó de Boone de nuevo al monstruo, el cual lo volvió a atacar. Ya cansado Penn levanto a Boone y se dispuso a tirarlo al agua sin más preámbulos, pero acabó en con la cabeza en el agua y con Boone pisando su cabeza.

Dentro del agua Penn pudo ver cómo el ejército pulpo ganaba ante los cobardes hombres pez, en realidad los únicos que luchaban de verdad contra los hombres pulpo, eran Sashi con una lanza que lanzaba rayos de energía y Stella que los electrocutaba con los golpes de su cola. El casi héroe también pudo ver con horror cómo su amiga y su hermana eran rodeadas por el inmenso ejército.

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- Jajaja - se rió Rippen ante su inminente victoria.

- Señor la segundo muralla ha caído, el tridente de guerra ya casi es nuestro - advirtió uno de los soldados del villano.

- Ahora gente pulpo o como quieran llamarse, prepárense para ...

- Para que les ganemos! - exclamó Larry acabando con la frase de Rippen - Choca el tentáculo.

- Si está bien - le respondió levantando su tentáculo agotado de sus constantes molestias.

El calmar Larry pego uno de sus tentáculo y luego otro y luego otro y siguió así hasta que solo le quedaron tres libres.

- Larry! - se enfureció Rippen.

- Y todavía tenemos ocho tentáculos! - exclamó el calamar feliz mientras su jefe intentaba despegar las ventosidades de sus tentáculos. 

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Entretanto Penn seguía observando la lucha sin aun saber que debía hacer con su amigo hidrofóbico. Hasta que sin esperarlo unas de las medusas golpearon su cara dándoles una gran idea.

- Boone! - llamó el princepe a su amigo que se encontraba bajo una palmera comiendo bananas - La buena noticia es que no tenemos que mojarnos y la mala noticia es que esto es un asco - anuncio cogiendo una de las medusas con la mano.

Penn salto sobre el sabio y de un solo movimiento lo metió en el interior de la medusa que quedo inflada como un globo.

- Oye! - se quejó sorprendido.

En otro orden de cosas en el reino marino Sashi se encontraba en una situación peliaguda, los soldados pulpos la tenían acorralada contra la muralla y bajo ella había una almeja gigante. Mientras Stella seguía golpeando al enemigo en un desesperado intento de proteger a la cobarde gente pez.

- Yuju! - exclamó Boone mientras se sumergía en la medusa que era arrastrada por Penn - No teman aquí estoy, soy el cangrejo Boone y voy hacia ustedes en esta asquerosa cama de aire!

Sashi sonrió para luego clavar su lanza en la almeja que instantáneamente se cerró atrapando a sus perseguidores en sus fauces. Rápidamente los cuatro héroes nadaron hacia el trono donde el centro se encontraba encerrado.

- No! - grito Rippen intentando zafarse de los pegajoso tentáculos de Larry mientras veía cómo los jóvenes héroes estaban apunto de cumplir su misión - Suéltame! - ordeno.

Finalmente con un con un esfuerzo más el villano logró soltarse del abrazo, lanzando el calamar por los aires. El lanzamiento fue tan fortuito para Rippen, que Larry corto con la punta de su cabeza la liana que Penn había estado usando para arrastrar la medusa que contenía a Boone.

- Boone! - llamó el casi héroe cuando vio a su amigo alejarse.

- Penn!

De repente Rippen apareció por la espalda capturando a los héroes con sus tentáculos - Quien quiere un abrazo! Yo si! - dijo con malicia apretando más el agarre.

- Chicos! - grito Stella intentando liberar de unos pulpos que habían conseguido acorralarla.

El príncipe miró hacia abajo y vio cómo el ejército le faltaba poco para apoderarse del tridente.

- Boone! Tu tienes que liberar el tridente! Debes nadar hasta el! - argumento el tritón apresado.

- No puedo!

- Si puedes!

- No! No puedo!

- Creo en ti! Puedes hacerlo!

Por un instante el sabio se puso serio, pero rápidamente su valor se esfumó soltando.

-  Si puedo pero no voy a hacerlo.

- Boone!  - le reclamó su compañero desesperado.

- Te dije que no! - gritó enojado moviendo sus pinzas y haciendo estallar a la medusa en mil pedazos - Wooo! Estoy flotando - exclamó dando vueltas en el agua.

- Claro que puedes flotar es agua! - gruño Penn.

- Wow es divertido - dijo nadando hacia el tridente - Es como estar en el espacio exterior pero debajo del agua - explicó liberando al tridente de su confinamiento.

Finalmente Stella consiguió abatir a su captores. Nado hasta donde Rippen tenía a su hermano y su amiga, y sin que este lo viera venir se abalanzó sobre él.

- Yo tambien quiero un abrazo Rip - se quejó falsamente abrazándolo y envolviendo su cola alrededor de su cuerpo.

En el instante en que ella lo tocó un enorme descarga sacudió su cuerpo de cefalópodo haciendo que soltara a sus prisioneros. Aprovechándose de esto y sin que su compañeros lo notarán Stella planto un suave beso en la mejilla de su enemigo, cosa que no solo lo electrocuto más sino que además le produjo un extraño sentimiento que no logro identificar, pero le hizo sonreír tontamente.

Los dos amigos a hora liberados chocaron sus manos, creando nuevamente otra gran onda de choque que esparció al ejército enemigo.

- Si! - exclamó Penn triunfante haciéndose con el tridente - Super tridente de guerra, pulpos y cangrejos! Si! - grito triunfante mientras creaba un remolino que se llevan a la gente pulpo.

El remolino se hizo enorme y se tragó al ejército enemigo y los expulsó a la isla de la superficie. En la superficie Larry y Rippen aterrizaron sobre el coche de arena de Boone.

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- Un auto y es muy veloz! Vamos hacer rugir fuerte este motor! - profirio Larry optimista encendiendo el motor del auto.

El auto corrió veloz, pero sin previo aviso a cabo en el estómago de del monstruo tiburón que se había puesto en el camino del auto.

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Entretanto en Océaonacuariopolis la gente pez aclamaba al príncipe Penn y a su equipo. Con aprobación ante un trabajo bien hecho los héroes asintieron entre sí.

Uno de los tritones se acercó a Penn y le puso una guirnalda de flores alrededor de su cuello como agradecimiento.

- Gracias mi buen hombre - le agradeció.

- Yo soy una mujer

- Seguro - respondió poco convencido.

- Torpe - repitió Stella ante la misma situación de antes.

 

FIN DEL CAPITULO

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